Tristísimo

Publicado: 13 septiembre 2015 en Uncategorized

Paciente mujer, 50 años, se sienta en el consultorio. Suspira. 

-Dotora, yo vengo porque tengo atriste, me duelen las coyunturas, acá. Ah, y también tengo un poco de gatriste. Y de otoporose. 

Era más fácil decir me duelen las articulaciones, me arde el estómago, y en cualquier momento me fracturo. Pero no, la gente cree que tiene que darte el diagnóstico, que pasa por bruta si no lo hace. Ese es mi trabajo, vos decime qué sentís, y listo. 

Largo el tratamiento

Publicado: 3 agosto 2015 en Asombroso, Cosas raras
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Señora de unos 50 años, gordita, rozagante. Consulta para saber si debe seguir tomando el antiespasmódico que le indicó otro médico.

Médica: -Dígame, por qué le habían indicado este remedio?

Señora: -Ah, yo creo que por un dolor acá, en la tripa (y se agarra el abdomen).

Médica: -Ajá, y usted ya está bien?

Señora: -Sí, doctora, perfectamente.

Médica: -Y cuándo fue esto?

Señora, pensativa: -Hace un tiempo ya.

Médica (mmm…): -Y lo sigue tomando al remedio?

Señora: -Siiii…yo cumplo todo lo que me dice el doctor. Pero él ahora está de viaje, por eso es que vengo a preguntarle a usted si ya puedo parar de tomarlo. Tengo acá la indicación que me dio el doctor, vea…

Y la señora me alcanza un papelito todo ajado, que me cuesta leer, y que dice: «1 comprimido cada 8 hs por 3 o 4 días».

Médica: -Bueno, acá dice 3 o 4 días, si ya pasó el dolor y se siente bien, puede dejar de tomarlo.

Señora, seria: -Cómo que 3 o 4 días?

Médica: -Sí, dice eso el papel del doctor que la vio, 3 o 4 días. Listo, si se siente bien…

Señora, compungida: -Ay, doctora…

Médica: -Sí? Qué pasa?

Señora, pálida y con los ojos muy redondos: -Ay, doctora…pero qué malentendido…qué equivocación…

Médica: -Pero por qué? Qué le pasa? 

Señora:-Es que yo…ay…está segura, doctora, de que dice eso?

Médica: -Sí, señora. Segura.

Señora: -Es que yo entendí 304 días. Voy por el día 300, por eso vine…para saber si ya lo dejaba al remedio, me faltaban 4 días…

La señora se clavó una Buscapina cada 8 horas durante 8 meses. Y no le pasó nada. 

El cuerpo humano es muy resistente.

Acá nomás

Publicado: 3 agosto 2015 en Asombroso, Cosas raras
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Consulta de control en centro de salud barrial. Paciente de 40 años, varón. Le pregunto por los resultados de los análisis, me dice que los dejó en su casa. Y quiere ir a buscarlos.

Señor: -Voy a mi casa y vuelvo, dotorita…

Médica: -Ehh, bueno, lo espero…estará de vuelta en media hora?

Señor: -Ah, media hora no sé, tengo que tomar el omnibus…

Médica: -Pero usted no vive en el barrio?

Señor: -Sí, dotorita.

Médica: -Y entonces, dónde están sus resultados?

Señor: -Están en mi casa, dotorita.

Médica: -No entiendo, su casa está acá, no es cierto? Vive acá, en este barrio?

Señor: -Allá, dotorita.

Médica, inspirando profundamente: -Allá DÓNDE??

Señor: -Pues en Bolivia, dotorita, ahí están mis papeles.

Frío en la cabeza.

Publicado: 23 julio 2015 en Uncategorized

Paciente mujer, 26 años, toda nerviosa. La dejo hablar. Voy guiando un poco, porque al rato me canso de escucharla. No saco nada en concreto. Pregunto por el motivo puntual de la consulta. Y la respuesta:

-Doctora, yo vengo porque fundamentalmente, me tirita el cerebro. Acá, adentro. 

Y se toca el parietal con la mano. Muy seria. 

Peluquería

Publicado: 25 marzo 2015 en Asombroso, Frases célebres

Barrio Norte, guardia de una conocida clínica coqueta de la ciudad. Nochecita de sábado, entra una señora mayor muy rubia, muy atildada, muy prolija, de esas con papa en la boca, mucama con uniforme y modales de faiv-ocloc-tí. Se sienta derechita, manicura perfecta, maquillaje suave, perfumada. Una reina, ella.

Yo: -Buenas noches, señora, qué le anda pasando?

Señora rubia: -Buenas noches, doctora (carraspea). Mire, yo estoy aquí porque me he preocupado un poco por un síntoma que presenté, entonces hablé con un amigo de la familia, médico él, y me dijo que viniera urgente a la guardia. Y aquí me tiene.

Yo: -Ajá. Y cuál es el síntoma?

Señora rubia: -La peluca.

Yo, sin entender: -Cómo?

Señora rubia: -La peluca, doctora.

Yo, atónita: Peluca?? Qué pasa con la peluca? La del pelo??

Señora atildada: -La peluca, me preocupa. Eso que pasa cuando uno va de cuerpo y en vez de eso, ve sangre. Bastante sangre. Eso me pasó.

Yo, al borde de la carcajada: -Ahh, usted se refiere a la melena!!!! A la hemorragia digestiva!! El sangrado fue abundante? Y cómo se siente ahora?

Señora atildada: -Bueno, eso: melena, peluca…eso, qué sé yo. Me siento más o menos, un poco floja.

Yo: -Bueno, vamos a sacarle un poquito de sangre para ver si está anémica, y vamos a tener que hacer un par de estudios, para saber qué pasó, le parece bien?

Señora rubia: -Sí, doctora.

Yo: -Dígame…tiene hemorroides?

Señora rubia: -No! Nada, nada! 

Yo: -Segura? A veces el síntoma de las hemorroides puede ser prurito, o ardor, otras puede doler y…

Señora rubia, interrumpiendo: -Nada, doctora. De ahí, sana por completo.

Resulta que la señora no tuvo ni melena, ni peluca: apenas un sangradito relacionado con sus hemorroides crónicas, que detectó el endoscopista cuando le hizo la alta y la baja. Ella, ni una palabra.

De algunas cosas no se habla.

Paciente varón, 50 años. Coloradón tipo gringo del campo. Gordito, ojos entornados, media sonrisa: canchero el tipo.

Al sentarse, se desparramó en la silla, abierto de piernas como si estuviera paspado. Muy paspado.

Después de un más o menos pormenorizado relato de la vida de una dermatitis que le había molestado (y que ya no tenía, por cierto), me larga:

Colorado: -A mí lo que me molesta son los tintinales…aahhh, eso sí que joroba.

Yo: -Cómo dice?

Colorado: -Los tintinales. Me vuelven loco, esos, ja. Déme algo para sacarlos.

Yo, intentando conseguir una pista: – Qué es lo que siente?

Colorado: -Siento el ruido, ja. A veces los siente mi mujer, también. Y me da dolor, así como tortijones…

Yo: – Dolor? Adónde siente el dolor?

Colorado, señalándose el marco colónico: -Acá en la barriga, toooodo acá. Y ni le cuento cuando sale!

Yo: -Qué pasa cuando sale?

Colorado: -Jajaja, tremendos pedos, con perdón de la palabra! Los tintinales son terribles, si no pregúntele a mi mujer!! La despiertan de noche!!!

 

Claro, gases intestinales.Obvio, no?

 

Centro de Salud, secretaria de vacaciones. Era necesario reprogramar un par de turnos de la agenda; busco los números telefónicos y llamo. 

Médica: -Hablo con la casa del señor Oscar Benegas? 

-Sí (voz de mujer)

Médica: -Buenas tardes, señora; podría pasarme con el señor Oscar?

Mujer al teléfono: -No está.

Médica: -Ah, bueno; cuándo podría llamarlo?

Mujer al teléfono, mosqueada: -Por qué, no me puede decir a mí?

Médica: -Sí, señora, como poder, puedo; pero preferiría hablar con el señor que sacó el turno en esta salita…

Mujer al teléfono: -Pero yo soy la esposa, me puede decir a mí.

Médica: -Está bien, señora, no hay problema. Su esposo sacó un turno para mañana, pero resulta que…

Mujer al teléfono, interrumpiendo: -Para mañana adónde?

Médica: -En la salita de la calle Elcano, señora…

Mujer al teléfono: -Quéeee?? Pirovano? En el Pirovano es el turno??

Médica: -Eh? No, señora, Pirovano no, dije Elc… 

Señora al teléfono: -Ay no! Yo no quiero que se atienda en el Pirovano, ahí me mataron a tres familiares y a muchos vecinos, el Pirovano noooooooo!!!! No no y NOOOOOOOOOO!!!

Médica: -Señora, no. Nada de Pirovano nada, NADA, entiende? La llamo de la salita de la calle Elcano, para cambiar un turno!!

Señora al teléfono: -Ahhh, el turno de los serenos? Pero él ya trabajó anoche, no le toca! No sabe cómo llegó, todo cansado….Y yo no voy a permitir que lo exploten, me escucha?? No lo voy a permitir, porque él es muy bueno pero a mí no me van a tomar de tonta, qué se creen?? Pero qué se creen, digamé!??

En fin. El señor Benegas habrá ido al día siguiente a la salita de Elcano, o al trabajo de sereno, no sé. Lo que es seguro es que al Pirovano, no fue.

 

Minientrada  —  Publicado: 6 marzo 2015 en Asombroso, Cosas raras, Pacientes insoportables, Pacientes irritantes
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Punto de vista

Publicado: 6 marzo 2015 en Uncategorized

Paciente mujer, 60 años, consulta muy angustiada refiriendo un problema familiar. Le pregunto, me cuenta.

Señora: -Es  mi hijo el mayor, doctora, mi hijo que me falta, es un chico tan bueno…

Llora. Se suena los mocos.

Yo: -Qué le pasó a su hijo?

Señora: -Me lo llevaron, me lo llevaron doctora, y yo siento que me falta el aire que me ahogo porque no lo tengo conmigo, mi Carlitos, mi Carlitooooooossssss…

Llora muchísimo. Espero un rato.

Yo: -A ver, señora, tranquilícese un poquito, así me cuenta bien…

Llora más. Y grita.

Señora: -AAAAYYYYY CARLITOOOOOOOSSSSSS

Yo: -Señora, cómo puedo ayudarla?

Señora: -Se lo llevaron al Carloooooooossss!!!!

Yo: -Sí, me lo contó, pero qué puedo hacer yo por usted?

Señora: -Es el mejor hijo del mundo el Carlos, es un hijo tan buenoooo…CAAAARRRLOOOOOOOSSSSSS!!!!

Yo: -Y dónde está su hijo, señora?

Señora: -En Batán.

Se suena la nariz.

Yo: …

Señora: -Estaba profugado y tuvo una pelea, porque a él lo buscan, lo buscan…y al final, lo encuentran, vio? CARLIIIIIIITOOOOOOOSSSSSSSSSS!!!!

No hay caso: la cárcel está llena de gente buena.

Señora de mediana edad, ansiosa, se sienta y en seguida empieza a parlotear. Mi táctica es dejar que el paciente se explaye (bueno, un poco) y ver qué información valiosa puedo obtener de ahí; si la cháchara se vuelve excesiva o es francamente inútil, corto y hago preguntas puntuales que me ayuden al diagnóstico.

A esta señora la dejé hablar, porque se la veía angustiada.

Paciente: -Doctora, vengo porque estoy muy preocupada, usted vio que hay tantas enfermedades raras, nuevas, con síntomas graves…

Yo: -Sí. Usted a qué se refiere, exactamente?

Paciente: -Ay, yo tengo miedo de todo. Por ejemplo, tengo miedo de contagiarme algo en el colectivo, y por eso tomo taxi, que es caro pero seguro. Bueno, eso si el taxista no es extranjero o algo así, porque de esos países viene cada cosa…

Yo: -Ajá. Pero usted qué siente? Por qué vino a la consulta?

Paciente: -Bueno…pasa que tengo miedo de tener la citronela.

Yo: -Citronela?

Paciente: -Citronela, sí.

Yo: -No.

Paciente: -Síiii doctora, la citronela esa, que da tos y enfermedad a los pulmones.

Yo: -Mmm…no. No hay una enfermedad llamada citronela, pero en cambio, sí hay un repelente con ese nombre.

Paciente: -Pero si es la citronela, mi hermana lo buscó en la interné. Es que una paloma vino a mi balcón y no se iba, seguro que estaba enferma, yo la espantaba y nada, ella volvía, la espantaba y volvía. Y así, horas. No sé por qué volvía. Y seguro que tenía citronela, igual que los loros.

Yo: -Psitacosis, señora. Lo que usted dice se llama psitacosis.

Paciente: -Ay dios mío, vio lo que le digo?? Tengo sicorosis!!!!

Vo pedís, vo tenés

Publicado: 5 marzo 2015 en Uncategorized

Paciente mujer, 50 años. Consulta pidiendo que le haga unas recetas para presentar en su obra social. Miro las recetas, empiezo a escribir; me aclara con mucha cortesía:

Ella: -Vopedí, eh?

Yo: -Perdón?

Ella: -Vopedí.

Yo: -No entiendo…

Ella:-Que vopedí, ma!!

Yo, obviando el «ma»:-Que yo pido qué cosa?

Ella: -Naaaahhh…vopedí e la obra social!!

Yo, sospechando: -Me darías el carné, por favor?

Ella, con mala cara: -Tomá.

Y era OSPERYH la obra social. Vopedí, claro.